La obesidad y el sobrepeso suelen surgir como resultado de la combinación de diferentes factores que influyen en mayor y menor medida. Los principales factores contribuyentes a este exceso de peso son los siguientes:

Nuestro origen

• Herencia. Los genes que recibimos de nuestros padres afectan a la cantidad de grasa que se almacena en el cuerpo y también en cómo y dónde ésta se va a distribuir en nuestro cuerpo. Igualmente, también heredamos nuestra eficiencia para convertir los alimentos en energía, el modo en que nuestro cuerpo regula el apetito y la capacidad para quemar calorías durante el ejercicio.
• Influencia familiar y de hábitos. En muchas ocasiones la obesidad y sobrepeso se extiende a varios familiares o incluso todo el núcleo familiar. Esto se debe también a los hábitos inadecuados de alimentación (alimentos y formas de cocinado) y al empleo similar del tiempo de ocio.
• Factores ambientales precoces. Existen factores sobre los que no tenemos decisión pues se producen en periodos precoces de nuestra vida. El bajo peso neonatal para la edad gestacional e incluso la lactancia artificial parece que pueden influir en nuestra facilidad posterior para el aumento de peso.
• Factores ambientales durante la infancia. Si hemos experimentado sobrepeso u obesidad durante nuestra infancia o adolescencia, disponemos de mayor predisposición y facilidad para adquirir peso en la edad adulta.

Hábitos de vida

• Dieta poco saludable. El exceso de calorías que ingerimos debido a la comida rápida, comidas precocinadas, bebidas muy calóricas, uso de salsas diversas, porciones (cantidades) muy grandes y la cada vez menor apuesta por frutas, verduras y alimentos sin procesado contribuyen al sobrepeso y obesidad.
• Bebidas calóricas. Las denominadas calorías líquidas son, en muchas ocasiones, una razón importante del sobrepeso y obesidad que sufren parte de la población mundial. Los refrescos azucarados y el alcohol nos permiten ingerir gran cantidad de calorías sin sentirnos saciados, de un modo relativamente económico y sin ser conscientes de ello.
• Sedentarismo. La inactividad es un causante claro del aumento de grasa corporal. Cuando consumimos más calorías diariamente de las que quemamos se produce un aumento de nuestro peso. Y los hábitos de ocio y ahora también de trabajo, con la incorporación del trabajo online y del teletrabajo incentivan esa inactividad contra la que debemos reaccionar.

Enfermedades y Medicamentos

• Enfermedades. Problemas médicos como el síndrome de Cushing, el síntoma de Prader-Willi, el hipotiroidismo u otros trastornos pueden ser causantes de obesidad. Igualmente dolores y dificultades físicas como la artritis o los periodos de convalecencia diversos pueden derivar en un aumento considerable de nuestro peso.
• Fármacos. Existen ciertos medicamentos y sustancias que se ingieren para abordar problemáticas diversas y no relacionadas con el peso pero que pueden provocar como efecto secundario un aumento considerable de nuestra grasa corporal, sobretodo, cuando no compensamos dicha reacción con la adecuada dieta y/o ejercicio físico. Así ciertos fármacos con acción contra el sistema nervioso central, antidepresivos, medicamentos contra la diabetes, anticonvulsivos, antipsicóticos, esteroides y betabloqueantes pueden estar relacionados con la aparición de la obesidad.

Realidad socioeconómica

• El lugar donde vivas, las condiciones de infraestructuras, transporte y comodidades. Las enseñanzas que hayas recibido de cocina y hábitos o el acceso a alimentos más saludables. Y sumado a todo ello, el entorno que te acompaña influirá en tu realidad. Así, si tu grupo de amistades, pareja o familiares más cercanos sufren de sobrepeso, por costumbres compartidas, opiniones e ideas que te transmiten tú corres más riesgos de también padecerlo.
• Hay estudios que revelan que si tu situación socioeconómica es más baja la prevalencia de la obesidad será mayor.

Edad

• Envejecimiento general. La obesidad y sobrepeso pueden darse a cualquier edad. De hecho cada vez es más frecuente en niños de países desarrollados. Sin embargo, con el paso de los años en la vida de una personas se producen cambios hormonales y de hábitos que aumentan los riesgos de subir de peso. Con la vejez también se pierde musculatura (sarcopenia) y esto conduce a una disminución de nuestro metabolismo.
• Todos estos cambios en el cuerpo, no siempre van de la mano de cambios en nuestros hábitos de alimentación (en lo que comemos y en la cantidad que comemos). Por eso, es normal que con el paso de los años ingiramos más calorías de las que consumimos. Se produce así un exceso calórico que acaba produciéndonos un aumento de peso.

• Menopausia. Este es un momento de la vida por el que pasa la mujer que provoca un cambio hormonal importante y que en muchas ocasiones deriva en un aumento del porcentaje de grasa corporal. Además coincide con cambios propios del envejecimiento general que experimentan tanto hombres como mujeres.

Factores a tener muy en cuenta

• Dejar de fumar. Cuando una persona fumadora deja de fumar sube de media 5 kg de peso. Y en algunas personas pueden llegar a ser mucho más. No tiene por qué darse esta situación pero la realidad es que la ansiedad y estrés que genera este proceso es calmada (o sustituida) con la alimentación, picoteando y comiendo mayores cantidades. Dicho esto, el beneficio a medio plazo que genera el dejarse de fumar merece la pena.
• Estrés. Es uno de los grandes condicionantes de la sociedad moderna. Hay muchos factores que influyen en nuestro estado anímico. La frustración, nerviosismo, cabreo o incertidumbre afectan a nuestro bienestar emocional y físico. Y en muchas ocasiones una de las vías de escape que encontramos para combatirlo, son los alimentos ricos en calorías.
• Embarazo. Subir de peso en un proceso como el embarazo es lógico. Si bien muchas mujeres no controlan esta subida y acaban adquiriendo más kilos de los que realmente son necesarios para un correcto desarrollo del feto. Después, las dificultades varias que se presentan en los primeros años de vida del bebe hacen que la mujer no atienda adecuadamente esa recuperación del peso anterior y acabe estabilizándose en un nuevo peso mayor o mucho mayor al inicial (antes de comenzar el embarazo).
• Falta de un sueño adecuado. El descanso correcto es necesario para el ser humano. Nuestro organismo sufre cambios hormonales que puede alterar los hábitos alimenticios y de apetito si descansamos demasiado o en insuficiencia. Además, puede si existe esta alteración del sueño adecuado puede darse una predilección por los alimentos ricos en carbohidratos y calorías que acabarán repercutiendo en nuestro peso.
• Microbioma. Nuestros intestinos están repletos de bacterias y algunas de ellas pueden verse afectadas por lo que estás comiendo. Es posible que tengas bacterias alteradas que contribuyen a que exista un desequilibrio de peso, facilitando la subida o incluso dificultando la bajada del mismo.
• Oleadas de pérdida de peso incorrectas. Si has experimentado a lo largo de tu vida una o varias bajadas importantes de peso y después subidas (recuperaciones que pueden derivar en una mayor aumento), el conocido como efecto yo-yo, puede producir una ralentización del metabolismo.